Jackson Cionek
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Democracia Metabólica de Biomas: cuando la Constitución deja de ser promedio y se vuelve territorio vivo

Democracia Metabólica de Biomas: cuando la Constitución deja de ser promedio y se vuelve territorio vivo

Cuando hablo de Democracia Metabólica de Biomas, estoy diciendo algo que parece obvio y, sin embargo, casi nunca está en las constituciones:

ningún país es homogéneo.
Hay desiertos, cordilleras, glaciares, bosques, ciudades costeras y valles.
Cada bioma tiene un metabolismo: agua, suelos, ritmos, culturas, riesgos.

Si la Constitución es un gran promedio:

  • ignora esa diversidad metabólica;

  • trata igual a quien vive en zona de sacrificio industrial
    y a quien vive en un barrio verde y protegido;

  • permite que decisiones tomadas lejos del territorio
    destruyan biomas completos en nombre del “bien nacional”.

En mi lenguaje:

  • un país es un conjunto de biomas interconectados,
    no una línea recta en un mapa;

  • una Democracia Metabólica es aquella
    en la que cada bioma tiene voz propia,
    capacidad de veto y de propuesta
    sobre lo que afecta a su metabolismo.


El foco que quiero encender

De todo lo que implica pensar en biomas, aquí elijo un foco:

la Constitución debe bajar de la abstracción y encarnarse en el territorio.

En lugar de:

  • “la nación protegerá el medio ambiente”,
    una frase vaga que cabe en cualquier discurso;

necesitamos:

  • reglas claras por bioma,

  • instituciones que conecten saberes locales, ciencia y política,

  • y mecanismos para que el cuerpo de cada bioma diga “sí” o “no”
    a proyectos que cambian su metabolismo.


Biomas como sistemas socioecológicos complejos

La ciencia de los sistemas socioecológicos dice que:

  • sociedades y ecosistemas forman un solo tejido:
    cambios en uno repercuten en el otro;

  • lo importante no es solo el “estado” del sistema,
    sino su resiliencia:
    la capacidad de absorber perturbaciones
    sin colapsar ni perder funciones esenciales;

  • esa resiliencia depende de

    • diversidad,

    • redes de cooperación,

    • aprendizaje,

    • y gobernanza adaptativa en múltiples niveles.

Elinor Ostrom y colegas mostraron que:

  • no hay una única “solución central” para los comunes;

  • los sistemas policéntricos (muchos centros de decisión interconectados)
    suelen gestionar mejor bosques, aguas y pesquerías
    que los modelos puramente centralizados o puramente de mercado.

Traduzco esto a lenguaje constitucional:

biomas distintos necesitan arreglos institucionales distintos,
pero conectados;
la Constitución debe abrir espacio para esa policentricidad,
en lugar de imponer un modelo único desde la capital.


De constituciones antropocéntricas a constituciones biocéntricas

Algunos países ya dieron pasos importantes:

  • Ecuador reconoció en 2008
    los derechos de la naturaleza (Pachamama) en su Constitución,
    como sujeto jurídico y no solo como “objeto” a ser gestionado;

  • Bolivia proclamó leyes de la Madre Tierra
    con enfoque ecocéntrico,
    aunque en la práctica muchas veces sirvieron
    para habilitar extractivismo.

La literatura sobre constitucionalismo ambiental
y derechos de la naturaleza observa que:

  • reconocer a la naturaleza como sujeto de derechos
    cambia el marco simbólico y jurídico,
    pero no basta sin instituciones y prácticas coherentes;

  • hay riesgo de que se conviertan
    en “derechos retóricos” si no se integran
    a la gestión real de territorios y biomas.

Por eso hablo de Democracia Metabólica de Biomas:

  • no basta con decir “la naturaleza tiene derechos”;

  • hay que crear órganos de bioma
    que puedan actuar, decidir y vetar en su nombre,
    junto con pueblos originarios, comunidades locales y ciencia.


Mente Damasiana, apego al lugar y biomas vivos

La neurociencia y la psicología ambiental muestran que:

  • desarrollamos apego al lugar:
    vínculos emocionales profundos con territorios específicos
    (barrios, ríos, montañas, bosques);

  • estos vínculos se asocian a:

    • mejor regulación emocional,

    • menor estrés,

    • mayor sentido de identidad y pertenencia,

    • y comportamientos más pro-ambientales.

Estudios recientes de neurociencia ambiental
indican que la exposición a la naturaleza:

  • mejora atención y funciones ejecutivas,

  • disminuye activación de regiones ligadas a estrés y rumiación,

  • aumenta conectividad funcional asociada
    a creatividad y bienestar.

Para mí, esto es coherente con la Mente Damasiana:

la conciencia no es solo “cerebro en un frasco”,
es interocepción + propriocepción en relación con el entorno;
cuando el bioma se enferma,
la mente que vive ahí también se enferma.

Una Constitución que trate el bioma solo como “recurso”
rompe este vínculo:

  • las comunidades pierden su corpo-territorio,

  • se deterioran la salud mental y el tejido social,

  • y la democracia se vacía de experiencia encarnada.

Una Democracia Metabólica de Biomas
reconoce que:

  • proteger bosques, ríos y glaciares
    es también proteger circuitos neuronales,
    vínculos afectivos y memorias colectivas;

  • el territorio no es decorado, es sistema nervioso extendido.


Cómo se ve una democracia organizada por biomas

Imagino algunas piezas concretas:

  1. Consejos de Bioma con poder real

    • órganos que representan

      • territorios ecológicos (cuencas, cordilleras, zonas costeras),

      • pueblos originarios,

      • municipios,

      • comunidades científicas y movimientos sociales;

    • con poder de iniciativa legislativa, veto y monitoreo
      sobre proyectos que afectan su bioma.

  2. Planes metabólicos por bioma

    • diagnósticos participativos
      sobre límites ecológicos,
      capacidad de carga,
      riesgos climáticos y necesidades humanas;

    • definición de:

      • qué actividades son compatibles,

      • cuáles deben reconvertirse,

      • cuáles son inaceptables.

  3. Presupuesto y DREX con enfoque de bioma

    • parte del presupuesto público
      y de la emisión de DREX
      se asigna directamente a biomas,
      no solo a regiones administrativas;

    • criterios de asignación
      combinan justicia social y justicia ecológica.

  4. Justicia de bioma y derechos de la naturaleza

    • tribunales o salas especializadas
      donde biomas y entidades naturales
      (ríos, glaciares, bosques)
      tienen representación propia;

    • integración con las luchas ya existentes
      de pueblos originarios y movimientos socioambientales.

  5. Educación metabólica

    • escuelas que enseñan
      no solo historia nacional,
      sino historia del bioma,
      ciclos de agua, suelos, especies, culturas,
      conectando Mente Damasiana con territorio vivo.


Borrador de artículo constitucional (Chile, en español)

Artículo X – Democracia Metabólica de Biomas

  1. El Estado reconoce que el territorio nacional está conformado por biomas y sistemas socioecológicos diversos e interdependientes, cuyos equilibrios metabólicos son condición esencial para la vida digna, la justicia social y la democracia.

  2. La organización política y administrativa del país deberá respetar y reflejar la existencia de dichos biomas, incorporando instancias de gobernanza por cuencas, cordilleras, zonas costeras y otros sistemas ecológicos relevantes, en coordinación con municipios, regiones, pueblos originarios y comunidades locales.

  3. La ley creará Consejos de Bioma con participación vinculante de pueblos originarios, comunidades territoriales, gobiernos locales, instituciones científicas y órganos del Estado, encargados de elaborar planes metabólicos por bioma, definir límites ecológicos, orientar el uso del territorio y emitir pronunciamientos obligatorios sobre proyectos y políticas que afecten significativamente sus equilibrios socioecológicos.

  4. Las decisiones estatales relativas a energía, agua, minería, infraestructura, uso del suelo y otros ámbitos con impacto socioambiental deberán ser coherentes con los planes metabólicos de bioma y con los derechos de la naturaleza, prevaleciendo la protección de los ciclos vitales, la biodiversidad y los modos de vida armoniosos con el territorio frente a intereses de corto plazo.

  5. La educación pública incorporará, en todos sus niveles, la comprensión de los biomas y sistemas socioecológicos del país, promoviendo el apego al lugar, el cuidado del territorio y la conciencia de la interdependencia entre salud humana, salud mental y salud del bioma.


Referencias sugeridas (hasta 8, con comentarios – ≥3 neuro/psico)

  1. Walker, B. et al. (2004). “Resilience, Adaptability and Transformability in Social–Ecological Systems.” Ecology and Society.
    Define resiliencia, adaptabilidad y transformabilidad en sistemas socioecológicos, ofreciendo base teórica para planes metabólicos por bioma y gobernanza adaptativa.

  2. Resilience Alliance – materiales sobre sistemas socioecológicos y resiliencia.
    Apresentam conceitos e estudos de caso sobre como comunidades e ecossistemas podem manter funções essenciais diante de choques, úteis para o desenho de Conselhos de Bioma.

  3. Ostrom, E. (2010). “Polycentric systems for coping with collective action and global environmental change.” e textos relacionados sobre governança policêntrica.
    Mostram que múltiplos centros de decisão interligados podem gerir melhor recursos comuns complexos do que sistemas puramente centralizados, inspirando a arquitetura de democracia por biomas.

  4. Kotzé, L. J. (2017). “Environmental Constitutionalism and the Rights of Nature in Ecuador.” Transnational Environmental Law.; Tănăsescu, M. (2024). “Rights of nature and rivers in Ecuador’s Constitutional Court.”
    Analizam a experiência equatoriana de reconhecimento constitucional dos direitos da natureza, suas potências e limites, úteis para evitar repetir apenas a retórica ecocêntrica.

  5. Jimenez, M. P. et al. (2021). “Associations between Nature Exposure and Health.” International Journal of Environmental Research and Public Health.
    Revisión que muestra asociaciones entre exposición a la naturaleza y mejor función cognitiva, actividad cerebral, presión arterial, salud mental, actividad física y sueño.

  6. McDonnell, A. S. et al. (2024). “The influence of a walk in nature on human resting brain activity and affect.” Scientific Reports.
    Ensayo controlado que muestra cómo un paseo en la naturaleza modifica la actividad oscilatoria del cerebro y mejora el afecto, conectando bioma con Mente Damasiana.

  7. Pullano, L. et al. (2024). “The role of place attachment and spatial anxiety in…” y Yin, C. (2025). “Integrating digital health technologies and place attachment.”
    Estudios que exploran el apego al lugar como vínculo emocional y cognitivo con espacios concretos, con implicaciones para memoria espacial y salud mental.

  8. Revisiones sobre “place attachment & meaning” (Universidad de Washington, 2018) y artículos recientes de divulgación sobre neurociencia del apego al lugar.
    Mostran que o apego ao lugar pode promover comportamentos ambientalmente responsáveis e funcionar como fator de proteção para bem-estar psicológico, reforçando a ideia de biomas como territórios vivos dentro da mente.







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