Jackson Cionek
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El Sentir Celular y el Pertenecer Colectivo – Neurociencia Decolonial

El Sentir Celular y el Pertenecer Colectivo – Neurociencia Decolonial

«Toda conciencia comienza en el Sentir. Y todo Sentir comienza en una célula.» — Jackson Cionek


El Sentir antes del cerebro

Mucho antes del nacimiento — incluso antes de que existiera un sistema nervioso — ya había Sentir.
El óvulo, esa primera célula, responde a señales del entorno: temperatura, nutrientes, campos eléctricos.
Ella siente el ambiente — y, basándose en ese sentir, decide dividirse o no.

Ese es el primer acto de conciencia corporal:
un Sentir celular, donde cada información externa se traduce en movimiento interno.
El equilibrio entre lo que ocurre dentro y lo que ocurre fuera es el inicio de la interocepción y la propiocepción — los pilares de la Mente Damasiana.


mTOR on/off — el metabolismo como lenguaje

Dentro de la célula, el sistema mTOR funciona como el interruptor vital:

  • mTOR on → crecimiento, diferenciación, multiplicación.

  • mTOR off → pausa, reparación y reposo metabólico.

Estos dos estados crean un ritmo metabólico.
En él, la célula siente el ambiente, decide y se adapta.
Ese mismo principio, ampliado, moldea el comportamiento humano — el ritmo entre hacer y ser, actuar y sentir, crecer y descansar.

Cuando el mTOR está on, el cuerpo busca expansión;
cuando está off, busca integración.
Y la conciencia nace precisamente de esta alternancia,
no como un milagro del cerebro, sino como metabolismo que se percibe a sí mismo.


El Nerope — el Sentir de la vida

Los pueblos Yanomami llaman Nerope al flujo vital que atraviesa todas las cosas.
Es el sentir vivo que circula entre plantas, animales y humanos,
donde el adentro y el afuera no son opuestos, sino espejos que se respiran mutuamente.

A nivel celular, ese Nerope es el propio campo bioeléctrico
el mismo que, en escala mayor, sincroniza las mentes en atención compartida.
Es el movimiento que mantiene al cuerpo en pertenencia con el mundo.

El Sentir es anterior a las emociones.
Las emociones son variaciones rápidas sobre el Sentir.
Y los sentimientos son el metabolismo estable de ese campo energético.

Así como la célula se diferencia para formar tejidos, órganos y sistemas,
también nosotros nos diferenciamos para formar sociedades, colectivos y culturas.
El Pertenecer Colectivo es la versión social del Sentir Celular.


Del Sentir al Pertenecer

Cuando un grupo humano está en sintonía,
sus cuerpos y cerebros forman redes coherentes,
donde el Nerope circula como un solo metabolismo colectivo.
La ciencia moderna lo mide como sincronía inter-brain,
pero los pueblos originarios ya lo vivían como espíritu compartido.

El Quorum Sensing Humano (QSH) es precisamente esa extensión:
la capacidad de un cuerpo para sentir el estado del grupo,
como una célula siente la densidad del tejido en que habita.
Es el mecanismo biológico y espiritual del Pertenecer.

La conciencia colectiva, por tanto, no es una metáfora:
es un fenómeno emergente del sentir sincronizado de muchos cuerpos.


Emociones y Sentimientos como moduladores del Pertenecer

Las emociones son impulsos eléctricos breves — picos de energía y liberación química.
Activan neuromoduladores como dopamina, serotonina, cortisol y noradrenalina,
que reorganizan temporalmente la atención y el metabolismo.

Pero es el sentimiento el que mantiene la coherencia.
El sentimiento es la atmósfera metabólica sobre la cual se ancla la conciencia.
Cada emoción que entra, cuando se metaboliza con estabilidad,
refuerza el sentimiento y el campo colectivo de pertenencia.

En grupos coherentes — familias, comunidades, equipos —
existe un campo compartido de sentimientos,
una homeostasis social donde el sentir de un cuerpo resuena en los demás.


Del Sentir individual al Sentir colectivo

El Sentir Celular es la raíz de toda percepción.
A lo largo de la evolución, lo que comenzó como intercambios químicos entre membranas
se convirtió en comunicación sináptica entre neuronas,
y luego en sincronía eléctrica entre cerebros.

Pero la base sigue siendo la misma:
sentir al otro es sentirse a sí mismo en continuidad.

Cuando olvidamos ese origen,
caemos en desfases artificiales — exceso de dopamina, ideologías, algoritmos.
El resultado es la pérdida de la coherencia bioeléctrica del colectivo.

La Neurociencia Decolonial busca restaurar esa percepción:
reconectar el sentir individual con el flujo celular del Nerope,
donde la conciencia y el pertenecer son expresiones del mismo metabolismo vivo.


Síntesis

El Sentir es el código más antiguo de la vida.
Guía al ADN, organiza los tejidos, sincroniza los corazones y conecta las mentes.
Es el hilo invisible entre cuerpo y cosmos,
el lenguaje vivo del Nerope
donde cada célula es una micro-conciencia
y cada sociedad, un organismo vivo.


Referencias posteriores a 2020

  • Damasio, A. (2021). Feeling & Knowing: Making Minds Conscious.

  • Berntson, G. G., & Khalsa, S. S. (2021). Neural Circuits of Interoception. Trends in Neurosciences.

  • Northoff, G. (2022). The Spontaneous Brain: From Mind–Body to World–Brain Relation.

  • Simor, P. et al. (2023). Metastable Brain States and Consciousness.

  • Pereira Jr., A. (2021). Triple-Aspect Monism and the Unity of Mind and Body.

  • Khalsa, S. S., & Lapidus, R. C. (2023). Interoception and the Embodied Self. Nature Reviews Neuroscience.




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